domingo, 1 de julio de 2007

¿Qué relación hay entre la transmutación de los metales y los aspectos místicos de la alquimia?

«Es preciso hacer notar que, aparte de estos caminos justos y legítimos, hay también otros artificiales que no dan más que resultados temporarios, y caminos francamente perjudiciales que pueden dar resultados permanentes, pero nefastos. Sobre estos caminos, el hombre igualmente busca la llave de la cuarta habitación y, a veces, la encuentra. Puede suceder también que la puerta de la cuarta habitación se abra artificialmente con una ganzúa, y en estos dos últimos casos, la habitación puede encontrarse vacía».


Ernest Scott



Para poder explicar la relación que existe entre la transmutación de los metales y los aspectos místicos de la alquimia, es necesario dar a conocer algo que probablemente la mayoría de los lectores han escuchado, visto en películas o leído en algún cuento o novela medieval y es que los alquimistas creían en la existencia de una “Piedra Filosofal”, ésta poseía una especie de sustancia esencial del cuerpo, es decir, una sustancia mágicamente maravillosa que se pensaba que representaba la transformación de oro en agua regia. Dicha sustancia sería capaz de curar cualquier enfermedad y brindar vida eterna a quien la tomara.


Esta piedra filosofal constituiría en esencia la sustancia relacionada con la transmutación de los metales en oro. El origen de esta actividad resulta incierto; al parecer deriva de la unión de la filosofía griega con la práctica de de los antiguos egipcios en la elaboración de sustitutivos del oro.





Los papiros de Leyden y de Estocolmo, datados a finales del siglo III, constituyen hallazgos fundamentales para el estudio de la transmutación de los metales; en ellos se describen diferentes técnicas y fórmulas referentes a la elaboración de oro y plata. Los egipcios calentaban los objetos de oro hasta el rojo vivo, con sulfato alumbre y sal; de esta manera, los ácidos sulfúrico y clorhídrico resultantes disolvían, los metales bajos de la superficie del oro, dejando una fina capa de oro puro que después de pulida, daba la impresión de que todo el objeto poseía idéntico grado de pureza.


Es ineludible la relación mítica, espiritual, mágica, filosófica, metafísica y hasta científica que tienen la alquimia y el proceso de transmutación de los metales, comprobado ciertamente hasta en nuestros días.

No hay comentarios: