domingo, 1 de julio de 2007

¿Cuál de estos términos prefieres?


Un día le preguntaron a Sara Bernhardt
¿Cuál era su teoría de la vida? y respondió:
"Esta representada por la palabra voluntad.
La Vida es Corta, incluso para aquellos
que nos conocen y nos aprecian,
para quienes nos juzgan y nos absuelven
y para aquellos hacia los que tenemos
al mismo tiempo afecto e indulgencia.
Debemos odiar poco, es demasiado fastidioso; sin embargo, es conveniente permanecer indiferente en la mayor parte de las ocasiones, perdonar a menudo y no olvidar nunca."









¿Cuál de estos términos prefieres: país desarrollado, país imperialista, país industrializado, país colonizador, país del norte o país del primer mundo? La característica fundamental que engloba en un solo concepto a todos estos términos tiene que ver con el grado de industrialización que ha alcanzado un determinado país. Si tomamos en cuenta que dependiendo del desarrollo industrial y tecnológico, un país es más desarrollado o “avanzado” que otro, tendríamos que definir ¿cuáles son los parámetros que determinan el nivel de progreso de un país?

Dicho parámetro principal, hace referencia a aquellos países que han logrado un enorme grado de industrialización, y que disfrutan de los más altos estándares de vida, posible gracias a la riqueza y la tecnología. Pero detrás de este párrafo, que da un enfoque de superioridad y supremacía, se encuentran del otro lado de la moneda, los llamados países en vías de desarrollo. Hasta que punto los llamados países del primer mundo, se han aprovechado de las riquezas naturales que poseemos los países del tercer mundo. Este un tema álgido y con innumerables vertientes, sin embargo el enfoque que deseo darle en un enfoque más humano y menos comercial o monetario; si la gran cantidad de horas que invierten los gobernantes de estos países industrializados en discutir ¿quién o cuál, país es más desarrollado que otro?, se invirtieran en observar más allá de la decoración majestuosa de las salas de conferencias, en preferir la sencillez y no la ostentación de riquezas, considero que nuestro mundo sería diferente.

Es increíble darse cuenta, que ha pesar de que los seres humanos representamos una escala superior que el resto de los animales, por tener la capacidad de razonar, no empleamos en algunos casos esa herramienta maravillosa que nos permitió la evolución, en entender la posición del otro, ayudar y ser solidario, sino que al contrario, la rivalidad y la codicia imperan cuando se trata de aplastar al otro. Por las razones antes expuestas, no comparto ninguno de los términos.






El ser un ser soñador y optimista, me dan fuerza para no desistir en la idea que juntos podemos lograr que nuestro mundo sea mejor.

A mis queridos lectores, les ofrezco un fragmento de lo que personalmente creo que debemos hacer para vivir y sentirnos mejor cada día,
siempre práctico el lema de desbordare optimismo y trasmitiré alegría, me repito a diario:







“Seré una optimista empedernida y una transmisora de la alegría porque yo debo contribuir día a día a que el mundo sea mejor, a que los demás se sientan bien en mí compañía viendo en mi una anunciante de buenas nuevas, LA VIDA ES BELLA, yo sólo tengo que aceptarlo, estoy en mi tiempo y en mi momento, no lo
desperdiciaré, lo aprovecharé al máximo, los demás verán en mí lo que quieren, un ser optimista lleno de alegría, superaré mis circunstancias y las cambiaré a mi favor, le pondré rumbo al horizonte y por allí marcharé, alegre y feliz, saludable y confiable, amable y cortés, practicaré lo que predico, todo es cuestión de actitud, a cuantos seres veo por ahí con las caras largas, de pensamientos introvertidos, ceño fruncido, absortos en su problema, sentados en cualquier medio de transporte sin comunicarse con nadie, pensando y pensando; pero llegó el tiempo de la sonrisa, de la mirada amable y la comunicación eficaz, yo aportaré lo mío con mi optimismo natural y sana alegría debo esforzarme para tener un mundo mejor, yo también cuento y DESBORDARÉ OPTIMISMO Y TRANSMITIRÉ ALEGRÍA.

¿Cuáles son las razones fundamentales de que hayan existido menos mujeres científicas que hombres?


¿Cuál es el secreto para pintar?

Aprender a ver.
¿Cuál es el secreto de la música?
Aprender a oír.
¿Cuál es el secreto del saber?
Aprender a entender.

Anónimo








Lo que a continuación leerás, representa un análisis que condensa una serie de documentaciones bibliográficas, al respecto del papel desempeñado por la figura femenina en los ámbitos científicos.

Durante siglos, el papel de la mujer ha sido relegado a labores domésticas o de producción artesanal. Se ha subestimado su capacidad de investigación, producción y creación en otros campos, como es el caso de las ciencias. Las oportunidades de participación de la mujer en la ciencia, han sido escasas por ciertos condicionamientos sociales que le han hecho difícil el acceso a la educación y al trabajo. Sin embargo, con el paso de los años ha logrado abrirse espacios poco a poco, en diversas disciplinas.

En el campo científico, la mujer históricamente ha recibido escaso reconocimiento. Los libros de historia y los diccionarios hacen poca o ninguna referencia sobre el aporte de la mujer en esta esfera pero quienes se han dedicado a la investigación y reconstrucción de la historia, desde este aspecto, exponen importantes hallazgos.

Desde los tiempos prehistóricos, empieza el hombre a hacer ciencia. La elaboración de herramientas, es fruto de la observación, el recuerdo y la experimentación. Y entre esos primeros hombres científicos, hay que tener en cuenta a la mujer primitiva que fabricaba utensilios y acumulaba conocimientos sobre plantas comestibles y medicinales.
La antropología siempre ha reconocido las habilidades y las herramientas del “ hombre cazador ”, desconociendo hasta hace poco los conocimientos y los instrumentos utilizados por la mujer, en la labor de recolección. Esta era la principal actividad de subsistencia de primeros humanos y las mujeres recolectoras fueron las primeras “ botánicas ”.

A través de la experimentación aprendieron a reconocer plantas, les dieron nombre y descubrieron métodos para neutralizar o eliminar el veneno de algunas que, a no ser por eso, eran comestibles. Como la recolección de alimentos exige una concepción del tiempo, aprendieron a reconocer las fases de la luna o la ascensión de una estrella y a relacionarlas con las estaciones y la disponibilidad de determinados comestibles. Desarrollaron instrumentos y tecnología para recolectar, preparar y conservar la comida. Inventaron el mortero y un molino primitivo para triturar semillas y granos. Esos instrumentos primitivos de cocción y preparación de alimentos pueden verse hoy día, en los laboratorios modernos. La mujer recolectora descubrió, propiedades medicinales en las plantas, aprendió a secar, almacenar y mezclar sustancias vegetales y a aplicarlas como tratamiento efectivo para diversas enfermedades. Tal fue su aporte, que desde esta botánica prehistórica no hubo mayores adelantos en la medicina sino hasta el descubrimiento de los antibióticos en el siglo XX.

Luego más allá de la época primitiva, el siglo IV vio nacer a Hipatia, quien fue considerada por siglos, la única mujer de ciencia dada la amplia documentación que existe sobre ella por las trágicas circunstancias de su vida y su muerte. Igualmente se recuerda mucho por la época histórica que vivió, pues es considerada la última científica pagana del mundo antiguo y su muerte coincidió con los últimos años del imperio romano. Hipatia desarrolló importantes trabajos en álgebra, geometría, matemática y astronomía. Se interesó además en la filosofía, mecánica y tecnología práctica.



Diseñó un instrumento para medir el nivel del agua, otro para destilarla y un hidrómetro graduado de latón para determinar la densidad de los líquidos. Durante la época en que vivió Hipatia, era frecuente que los cristianos vieran como herejía y maldad a las matemáticas y la ciencia. Hipatia como pagana y partidaria del racionalismo científico griego, corría peligro en una ciudad que cada vez era más cristiana: Alejandría.

La envidia, la incomprensión y el rencor acabaron con su vida cruelmente. Fue descuartizada y quemada. Hipatia ha llegado a simbolizar el fin de la ciencia antigua pues no hubo adelantos importantes en matemáticas, astronomía o física en el mundo occidental, durante los mil años siguientes a su fallecimiento.

A lo largo de la historia pueden citarse los aportes y la experiencia de muchas más mujeres.

Por ejemplo, Ana Comnena, erudita bizantina, autora de la Alexíada, obra en la que trata su tema favorito: la tecnología militar. Tenía estudios en matemáticas, astronomía y medicina. Trótula fue otra famosa mujer en la Europa medieval, por su competencia en la medicina y la cirugía.


En el área de la Astronomía, se destacó en el Siglo XVIII, Caroline Herschel, reconocida por el descubrimiento de ocho cometas. También aparece la italiana Anna Morandi Manzolini quien ocupó la cátedra de anatomía, en la Universidad de Bolonia, y llenó el museo de la universidad con sus modelos anatómicos en cera. En el campo de las matemáticas se destacó en el Siglo XIX , Sonia Kowalevsky, una científica rusa que fue la primera mujer que ingresó a estudiar matemáticas en su país. Pero para lograrlo, se cortó el cabello y se hizo pasar por un hombre hasta que logró demostrar su valía, para poder asumir su verdadera identidad. Su aporte fue en el estudio de las ecuaciones diferenciales.

En términos generales, históricamente, la mujer no ha incursionado de la misma forma que el hombre en el campo de la ciencia. “La principal explicación de esto, de acuerdo con las afirmaciones de los grupos de género que trabajan en el área de la mujer, es la limitación de su rol social a lo que tiene que ver con los quehaceres del hogar y cuidado de los hijos”.

Igualmente muy pocas mujeres tenían acceso a la educación, pues sólo las que pertenecían a la aristocracia recibían esta clase de preparación. Pese a esto, existieron mujeres que lograron sobresalir pero no obtuvieron el reconocimiento por parte de la sociedad en general, pues se acostumbraba a que los honores que ellas se habían ganado eran otorgados a los padres o esposos.

En el terreno de la ciencia inclusive, los colegios y las universidades que existían, no admitían mujeres. Por ejemplo en el campo de la astronomía, se fundaron en el siglo pasado en los Estados Unidos y en Inglaterra, colegios especializados para mujeres.

Otra cosa interesante es que a las mujeres se les asignaban trabajos específicos y rutinarios, labores que exigían gran minuciosidad, pues se manejaba la idea de que ellas eran buenas para ese tipo de actividades. No se confiaba en la capacidad de la mujer para proponer teorías sino solamente para ser ayudantes, nunca cabezas visibles. Esto se dio a comienzos del siglo pasado y a principios de este siglo.




La situación en este siglo ha sido diferente. En sus inicios se le otorgó gran reconocimiento a una científica llamada Marie Curie,( Marie Sklodowska ), química que trabajó hombro a hombro con Pierre Curie, físico y químico francés quien fuera primero su maestro y luego su esposo. Pasó a constituirse de esta manera, en una de las primeras mujeres reconocida en el campo de la ciencia, en el Siglo XX.





Posteriormente, la hija de Pierre Curie, Irene Curie, se casó con Frédréric Joliot. La pareja continuó las investigaciones de los esposos Curie sobre la estructura del átomo, y el descubrimiento de la radiactividad artificial les valió el Premio Nobel en 1935.

Actualmente se destacan algunas mujeres científicas, en el campo de las ciencias biológicas y médicas, en especial. Hoy el conocimiento ha crecido tanto y es tan complejo el trabajo de formulación de nuevas teorías, que ya nadie trabaja solo sino en equipos, por ello, hay muchas mujeres talentosas, haciendo parte de estos grupos, pero sus nombres todavía no se hacen conocidos.

En el campo de la astronomía se destaca Vera Rubin que fue la primera que postuló la existencia de lo que se llama la materia oscura, es decir, que hay mucha más materia en el universo de la que emite luz, de la que se puede ver.

Cada vez más, la mujer demuestra sus capacidades y habilidades en todos los campos del conocimiento. Sin embargo aún quedan muchos vestigios de machismo, que obstruyen su carrera hacia el éxito y el reconocimiento. Incluso las mismas mujeres dudan de las capacidades de sus congéneres, cuando prefieren acudir a consultas médicas con hombres, pues desconfían de las especialistas o cirujanas.

Es decir, que se hace necesario un cambio de actitud y mentalidad de toda la sociedad; hombres y mujeres deben tener mayor conciencia de las capacidades de la mujer y de las oportunidades que recibe para demostrarlas. El camino por recorrer todavía es extenso.

¿Son los científicos las personas más sabias?



"Debo tomar la vida con optimismo y vivirla con la mirada puesta en el futuro, transitándola siempre por el camino de mis sueños y no permitiendo nunca que mis ilusiones se terminen"

Mark Williams







En realidad no lo creo, si sabio significa más que la palabra ciencia. Conozco de muchos científicos que dicen llamarse sabios y no son capaces de ver un poco más allá de la punta de su nariz, de oler, sentir y palpar la realidad de la esencia de la vida. Se desgastan las energías t
ratando de resolver inexorables hipótesis, calculando largas e inmensas formulas para dar a conocer y comprobar teorías y leyes. ¿Pero de que vale?, no quisiera sonar odiosa con mi comentario, pero conozco a muchos así.

He tenido la grandiosa oportunidad de compartir experiencias de grupos humanos en terapias de sanación bioenergética y he vivido en carne propia la frustración de muchas personas brillantes intelectualmente, pero que no son capaces de darle un sentido común a sus propias vidas, y el hacerse preguntas tan básicas y naturalmente humanas como: ¿quién soy? ¿dónde estoy? ¿hacia donde voy? ¿para que estoy aquí?, entre otras muchas, les parece una completa basura.

Es por ello, que concluyo mi análisis con algunas frases de verdaderos sabios, y prefiero dejar con la incógnita al lector y la astucia de deducir bajo su propia perspecti
va quien es sabio en realidad.

El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir.
Johann Kaspar Lavater (1741-1801) Filósofo, poeta y teólogo suizo.

El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.
Inmanuel Kant (1724-1804) Filosofo alemán.

El sabio no enseña con palabras, sino con actos.

Lao-tsé (570 aC-490 aC) Filósofo chino.

No es sabio el que sabe donde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca.
Francisco de Quevedo y V
illegas (1580-1645) Escritor español.

Los sabios em
iten ideas nuevas; los necios las expanden.
Heinrich Heine (1797-1856) Poeta alemán.

El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y un cobardía ceder el paso a los indignos.
Epicteto de Frigia (50-135) Filósofo grecolatino.

El hombre sabio no lo es en todas las cosas.
Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592) Escritor y filósofo francés.

El sabio sabe que ignora.
Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.

Los sabios tienen las mismas ventajas sobre los ignorantes que los vivos sobre los muertos.
Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

La sabiduría tiene múltiples opciones. Es Sabio el que ha pasado toda su vida estudiando y acumulando información en libros y bibliotecas. También lo es aquel que a través de los caminos de la ciencia le aporta nuevos elementos al conocimiento del hombre. Pero no merece menos ese apelativo el hombre cuya escuela fue la vida, y que al morir, a veces sin ni siquiera saber leer, tenia un profundo conocimiento de la naturaleza humana. Ese doctor en vida diaria no dejo en los libros su legado. Lo dejo en frases e historias de las que contaba el abuelo, y el abuelo de su abuelo. Lo dejo en una expresión suelta que recorrió el mundo, siendo utilizada, deformada y adaptada de acuerdo con circunstancias de tiempo y lugar. El no sabia, pero al perderse en el eterno anonimato, ingreso a la inmortalidad.

Anónimo








¿Es la Alquimia una Ciencia?



"Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla"

P
ablo Coelho










Si tomamos como punto de partida para contestar a esta pregunta, la definición de la palabra ciencia, que etimológicamente, viene del latín "scire", que significa saber, es decir que la definición básica de ciencia es conocimiento, o más precisamente, conocimiento humano, entonces la Alquimia podría ser considerada como una ciencia.Ciencia es por un lado, el proceso mediante el cual se adquiere conocimiento, y por el otro
, el cuerpo organizado de conocimiento obtenido a través de este proceso. El proceso es la adquisición sistemática de conocimiento nuevo de un sistema. La adquisición sistemática es generalmente el método científico. El sistema es generalmente la naturaleza. Ciencia es entonces el conocimiento científico que ha sido adquirido sistemáticamente a través de este proceso científico.

Ahora bien, comparando lo dicho anteriormente con respecto a la alquimia, considero que esta si debe ser vista como una ciencia, aunque tiene sus bases en aspectos míticos y filosóficos, el trasfondo de toda su esencia es ciencia. El hecho de llevar acabo procedimientos para lograr evidenciar cambios químicos y físicos, incluye todo un despliegue metodológico y además la observación.

En la Edad Media, las maniobras de este género patinaban sobre un territorio que la Iglesia consideraba suyo. Fue por esto que los alquimistas se vieron forzados a disimular lo que hacían realmente detrás de una tentativa aparentemente insensata de cambiar el plomo en oro.

Todas las ideas sobre lo que es la alquimia, vista desde el exterior, pueden repartirse en cuatro categorías:

Primer punto de vista: Es posible transmutar un elemento en otro. Una de estas transmutaciones es la del plomo o del hierro en oro. La manera de proceder es un prodigioso secreto venido desde el fondo del tiempo. Es el secreto mejor guardado de toda la historia de la humanidad.
Segundo punto de vista: La alquimia es la ciencia que consiste en purificar la naturaleza íntima del ser humano, para llegar a ser un individuo no alienado. Comparado con el ser humano ordinario, este individuo tendría ciertos poderes superiores. Por razones políticas, era necesario enmascarar esta actividad bajo la de una seudociencia de refinado de metales que la Iglesia no tendría ninguna razón para reprobar.
Tercer punto de vista: La transmutación de los metales es posible. El plomo puede ser cambiado en oro. El alquimista sabe cómo hacerlo y él guarda también un secreto más grande. Si hay una cierta relación con el crisol donde se verifica la operación, se produciría una t
ransmutación semejante en su ser ordinario. En el momento en que el plomo llega a ser oro en el crisol, el espíritu del operador es transformado, como si fuera sometido a una irradiación potente. Por otra parte, ciertos subproductos químicos que restan en el crisol pueden ser conservados y servir, ya sea para hacer oro de nuevo, o para transformar a otros seres humanos.
Cuarto punto de vista: El alquimista es un hombre que conoce un método inmensamente eficaz para limpiar los establos de Augias de su propio subconsciente. Si es impulsado suficientemente lejos, el proceso da nacimiento a un verdadero cuerpo espiritual dotado de propiedades pertenecientes a un orden de realidad diferente. Si ese cuerpo espiritual es proyectado de una cierta manera sobre los metales viles, cumplirá una transmutación comparable a la suya sobre la materia inorgánica.

Digamos que fuera del pequeño círculo de los alquimistas que han tenido éxito, si es que hay alguno , nadie sabe cuál de estos puntos de vista, solo o combinado con otro, se aproxima a la verdad.

Q
ue esto sea como un medio de hacer fortuna rápidamente, como método de desarrollo psicológico o como ciencia sagrada de espiritualización, la alquimia ha capturado la imaginación de todos los continentes, durante siglos y no ha perdido nada de su aura en ciertos medios, aunque muchos piensan que, desde el fin del siglo XVIII, pesa una prohibición sobre ella. Todo indica, sin embargo, que algo se trasluce de tiempo en tiempo.

Según Paracelso, la enfermedad y la salud están regidas por las influencias astrales. Remedios secretos: los “arcanos” permiten atrapar la primera y recuperar la segunda. El arcano asegura el restablecimiento de la armonía celeste entre el “astro” interior - es decir, el astro que se lleva en uno - y un astro celeste. El primero debe entonces “alzarse hacia los cielos”, o sea que su naturaleza es volátil e incorpórea. El remedio físico es material, por la fuerza de los hechos, pero el arcano que él contiene es espiritual.

Pese a todo lo malo que pueda decir la ciencia moderna en relación a la Alquimia, considero que sí es una ciencia y muchos ilustres personajes intelectuales y científicos desde el siglo XII afianzaron sus estudios y descubrimientos en ella. No cabe duda, que son muchos los grandes científicos que incursionaron en la alquimia, entre los más destacados, Paracelso fue un pionero en medicina, precursor de la quimioterapia moderna (curaba la sífilis con mercurio) e inventó (o descubrió) la homeopatía doscientos cincuenta años antes que Hahnemann; conocía los principios de la vacunación. Dos siglos antes que Mesmer, se preocupó del magnetismo, estudiando sus efectos sobre las enfermedades. No estuvo lejos de postular la equivalencia de la masa y de la energía: «Debes saber entonces que la dicha masa no es más que una caja llena de fuerza y de poder».

¿Cuáles son las diferencias entre Alquimia y Química?





La libertad comienza en la mente y en el corazón.

La libertad que se ciñe a dar rienda suelta a los propios impulsos e instintos

vuelve sobre si misma a recoger su cosecha de dolor y esclavitud.












Suele vincularse la alquimia con la química moderna y, en efecto, la relación es: la unidad de la materia, la posibilidad de transmutar los elementos, entre otros. Se les debe también el descubrimiento de muchos cuerpos nuevos como el ácido sulfúrico y el antimonio, la invención de procedimientos técnicos bastante perfeccionados. Pero, en realidad, se trata de dos concepciones del saber diametralmente opuestas:



En la actualidad la ciencia procede ante todo por análisis; nosotros dividimos todo el estudio en muchos dominios distintos, en el interior de los cuales todo resulta simple; al mismo tiempo que se acrecientan las adquisiciones de las ciencias, se ve multiplicada la cantidad de tales dominios tanto como la de los términos empleados. Por el contrario, los alquimistas suponían un paralelismo perfecto entre todas las manifestaciones naturales y hasta sobrenaturales. Las mismas palabras sirven para órdenes de fenómenos muy diferentes aun si, al considerar la alquimia, se hace abstracción de sus aspectos filosóficos y místicos, no deja de existir un abismo entre los fines de los alquimistas y los del químico moderno. En el plano material, el propósito del alquimista es purificar las sustancias materiales, combinarlas y exaltar sus cualidades para llevarlas a una etapa más avanzada de evolución. Por lo demás, su dominio primordial no consiste en las sustancias materiales propiamente dichas, sino en las energías latentes que ellas encierran. Por actuación de las fuerzas espirituales.


Tomando un fragmento de lo dicho por Paracelso, si un objeto pierde su sustancia material, su forma invisible permanece en la naturaleza y, si se llega a revestir esa forma de materia visible, se le permite reaparecer (así es cómo los alquimistas pretendían reconstituir una flor a partir de sus cenizas).


Por el contrario, la química vulgar, dice Pernety: es el arte de destruir los compuestos que la naturaleza ha formado; y la química hermética es el arte de trabajar con la naturaleza para perfeccionarla.

Lo que diferencia la química de la alquimia es el vitalismo de esta última. La química lleva las manifestaciones orgánicas hacia las reacciones químicas, mientras la alquimia asimila las manifestaciones del mundo inanimado a los fenómenos biológicos. De ahí surgen fórmulas como la de Paracelso en su Archidoxum magicum: "Nadie puede demostrar que los metales estén muertos y privados de vida... En cambio, yo lo afirmo audazmente, los metales y las piedras, lo mismo que las raíces, las hierbas y todos los frutos, son ricos de su propia vida."

¿Qué relación hay entre la transmutación de los metales y los aspectos místicos de la alquimia?

«Es preciso hacer notar que, aparte de estos caminos justos y legítimos, hay también otros artificiales que no dan más que resultados temporarios, y caminos francamente perjudiciales que pueden dar resultados permanentes, pero nefastos. Sobre estos caminos, el hombre igualmente busca la llave de la cuarta habitación y, a veces, la encuentra. Puede suceder también que la puerta de la cuarta habitación se abra artificialmente con una ganzúa, y en estos dos últimos casos, la habitación puede encontrarse vacía».


Ernest Scott



Para poder explicar la relación que existe entre la transmutación de los metales y los aspectos místicos de la alquimia, es necesario dar a conocer algo que probablemente la mayoría de los lectores han escuchado, visto en películas o leído en algún cuento o novela medieval y es que los alquimistas creían en la existencia de una “Piedra Filosofal”, ésta poseía una especie de sustancia esencial del cuerpo, es decir, una sustancia mágicamente maravillosa que se pensaba que representaba la transformación de oro en agua regia. Dicha sustancia sería capaz de curar cualquier enfermedad y brindar vida eterna a quien la tomara.


Esta piedra filosofal constituiría en esencia la sustancia relacionada con la transmutación de los metales en oro. El origen de esta actividad resulta incierto; al parecer deriva de la unión de la filosofía griega con la práctica de de los antiguos egipcios en la elaboración de sustitutivos del oro.





Los papiros de Leyden y de Estocolmo, datados a finales del siglo III, constituyen hallazgos fundamentales para el estudio de la transmutación de los metales; en ellos se describen diferentes técnicas y fórmulas referentes a la elaboración de oro y plata. Los egipcios calentaban los objetos de oro hasta el rojo vivo, con sulfato alumbre y sal; de esta manera, los ácidos sulfúrico y clorhídrico resultantes disolvían, los metales bajos de la superficie del oro, dejando una fina capa de oro puro que después de pulida, daba la impresión de que todo el objeto poseía idéntico grado de pureza.


Es ineludible la relación mítica, espiritual, mágica, filosófica, metafísica y hasta científica que tienen la alquimia y el proceso de transmutación de los metales, comprobado ciertamente hasta en nuestros días.